Las palabras son las víboras que me aprietan la garganta hasta asfixiarme en mis pensamientos más profundos para que se me haga un nudo y no poder respirar. Nadando en un río salado salado, siento que me devoran la conciencia y miles de signos aparecen frente a mi... nadie sabe esas respuestas, nadie me las puede decir y la verdad es que yo tampoco. Tengo miedo de todo, no puedo ni sacar un pie del agua porque no confío en el diluvio que vendrá si me atrevo a tan solo nombrarlo. Que afilados son tus dientes hoy.








